B.S.O.: Tears in heaven



Cierra los ojos, que parecen arder de tantas lágrimas derramadas por el hijo que se fue. La pena se ha vuelto corpórea, material, y se le ha instalado dentro del pecho provocándole un insoportable y constante dolor punzante, intenso y agudo del que no se puede librar ni un solo instante, ya sea de día o de noche. Permanece la mayor parte del tiempo en un estado de extraño delirio, como si solo viviera un sueño, pero por momentos toma plena consciencia de la ausencia tan violentamente impuesta y es entonces cuando todo pierde sentido para ella y de verdad cree que de un momento a otro despertará de la pesadilla o estallará en mil pedazos, porque no es posible tanto sufrimiento.

Definitivamente la vida la ha echado abajo, ha doblado sus rodillas, ha roto su corazón.
Ahora solo cabe esperar que sea capaz de mantenerse ahí, de luchar y no rendirse, de levantar la cabeza, de seguir adelante.

(Tristemente) dedicado.

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