Lidia

Lidia trabajaba en el parque tranquilamente, como cada día. El invierno ya estaba anunciándose a gritos por toda la ciudad, y cubría todo el verdor con una fina capa de polvo de hielo. Tanto era el frío de los últimos días que casi nadie pasaba por allí a esas horas, y así ella disfrutaba de su trabajo plenamente y sin ninguna distracción.
Envuelta en una gruesa bufanda de lana sobre el mono verde oscuro de su uniforme de jardinera municipal, Lidia estaba enfrascada en la delicada tarea de dar forma a los pequeños setos que rodeaban una de las artísticas fuentes del recinto.
Sentía cómo el frío congelaba su nariz, pero sonreía sin parar mientras trabajaba. Siempre le había gustado su trabajo. Realmente disfrutaba con él.

Abstraída como estaba, había llegado al borde más externo del seto, y para poder rematar perfectamente la parte de abajo, apoyó sus rodillas en el suelo, primero, y también los codos después, quedando al final todo su cuerpo encogido sobre el húmedo empedrado del paseo.

Dos mujeres paseaban con una sillita de niño por esa misma zona justo en ese momento.

- oye, niña, podías quitarte ¿no?
-Nada, ni caso.... ¿será maleducada la tía?
-OYE!!! APARTA!!!... bueno, esto es increíble!!!
-Anda vamos por allá. No sé si esta está sorda o es imbécil, pero en cualquier caso no deberían poner a gente así trabajando aquí.
-Eso, en un sitio donde vienen tantos niños....

Lidia seguía trabajando, y sonriendo. Ya estaba terminando aquel seto, estaba quedando precioso, y luego tendría que empezar los trasplantes, que ya había visto algunas flores que comenzaban a sufrir por las inclemencias del tiempo.
Pensaba en lo mucho que disfrutaría la gente viendo aquel parque tan cuidado, y levantó la cabeza cuando sintió retumbar en el suelo el paso de un autobús por la calle cercana, mientras en su cabeza sólo se oía, como siempre, aquel interminable silencio.

Comentarios

frilanser ha dicho que…
Creo que seguimos con el tema de los juicios precipitados a partir de las apariencias, ¿no? Las incapacidades son una de las fuentes más productivas de prejuicios que existen.
Rocío Rico ha dicho que…
Bueno, para mí esto en realidad es más la demostración de la cantidad de chorradas que se pueden llegar a decir cuando no se piensa ni en lo que se dice ni en los demás ni en nada de nada. Cuando no se piensa, vaya.
Freia ha dicho que…
Y también Leg, que hay gente muy amargá y muy frustrada y con el vestido de la intrasigencia y la mala leche puestos desde por la mañana.
Volvemos a los trampantojos: la incapacidad se vuelve ventaja.
frilanser ha dicho que…
Donde dije incapacidades quería decir discapacidades, no sé en qué estaría pensando. Aunque lo otro también vale.

leg, por lo que dices veo que ya te has vuelto a meter en discusiones de política. Mira que te lo digo siempre...
Freia ha dicho que…
Leg, acabo de pasar por el blog de Dardo y he leído tu comentario. ¿Qué ha pasado? Es que me cuesta entender que alquien que siempre trata de ser ecuánime y no perder la calma pueda ser insultada de esa manera.
Un abrazo,
frilanser ha dicho que…
Tranquila freia, eso viene de un comentario en tono jocoso de dardo (o eso o voy muy despistado) en mi blog y supongo que la respuesta de leg va en esa línea. Digo yo, que tampoco voy a hablar por ella. Más que nada porque con el casco me sale una voz...
Dardo ha dicho que…
Mi apreciada Leg; yo no me permito insultar a nadie. Y menos a Vd. y a su grupo de rutilantes amigas a las que tengo en la más alta estima.

Toda esta broma me está empezando a parecer amarga.

Disculpe sinceramente.
Ulrika ha dicho que…
Prejuicios y más prejuicios, chorradas y más chorradas. De nuevo, el ser humano. Y el cerebro dormido y de adorno. Y también las ganas de quedar bien con el otro humillando a los demás.
Rocío Rico ha dicho que…
Freia.... gracias por tu preocupación, aunque me ha hecho gracia eso de que no pierdo la calma... si me conocieras.... ;-)

Frilanser, puedes hablar por mí, que veo que no lo haces tan mal.
Efectivamente, mi respuesta quiso ser también en tono de broma, haciéndome la ofendida ante algo que sabía que no era un insulto en serio, ni mucho menos.
Si lo hubiera considerado así, mi respuesta habría resultado, seguro, un poco más... contundente.

Siento ser tan torpe y haber vuelto amarga la broma... Aunque gracias a esto veo que he vuelto a hacer aparecer a nuestro terrón de azúcar preferido, que ha acabado llamándonos "rutilantes", y todo...
Que dulceeeeee.

;-)

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