Romina y Laureano

Empecé aquella conversación porque me sentía muy sola. Llevaba varios días pensando lo duro que era sentir que por mucho que te esfuerces nunca es suficiente. Por una vez, quería partir de cero con alguien, empezar desde el principio y notar que podía ser querida por mí misma, sencillamente por ser como soy.
Por eso entré en aquel foro y rellené los datos de mi perfil. roMAN, varón, 36 años, empresario, ... y a ver qué pasa.
Lauri_32 y yo conectamos muy bien. Ella decía que estaba allí porque quería que alguien la apreciara por ser quien era, sin tapujos ni prejuicios. Y yo la entendía perfectamente.
Siempre he sabido que en realidad es un hombre, por eso seguimos escribiéndonos.
Llevamos ya tres años de amistad pura y sincera.

Comentarios

Freia ha dicho que…
Yo también quiero...

Cada vez echo más de menos tus entradas.
Un abrazo
Rocío Rico ha dicho que…
No me eches de menos Freia, eso mejor déjalo para cuando no esté... ;-)
Sinceramente, espero arreglar definitivamente las cosas con Cronos en breves, y así poder disfrutar como antes de mis paseos por la blogosfera.
El tiempo es un verdadero tesoro.
Dardo ha dicho que…
Apreciada Leg; hay que ver lo entrañablemente fundametalista que eres. Si no lo he entendido mal resulta que el sexo es una barrera infranqueable entre hombres y mujeres. Tal es así que por fuerza los varones hemos de tornarnos en eunucos y a través de un proceso de feminización poder llegar así a Romina que es una Juana de Arco; o sea, una mujer con apariencia de hombre.

¿Pero se puede en verdad partir de cero?. ¿Ser como eres, se puede concebir sin lo sexual?. ¡Ojo!. Que soy el primero que repudia el determinismo genital, porque entiendo el sexo como algo más amplio que lo genital (que es la manera contemporánea de entender -reducir- lo erótico).

¿Es que estamos condenados a hacer de la realidad una abstracción por el temor que nos produce la fatal y descorazonadora búsqueda de nuestra media naranja?.

P.D.: Recibe un abrazo querido amigo Leg de tu incondicional seguidora Dardi. ¡Que los censores romanos me perdonen por este casto transformismo!. ¿Qué es eso que me preguntas de si me puedes mandar un abrazo?. ¿Sólo uno?. ¡Pero qué cicatera que éres!.
Rocío Rico ha dicho que…
Bueno, Dardo, a la vista de la historia de estos dos, yo casi diría lo contrario: lejos de ser una barrera infranqueable, la diferencia de sexos une, de forma que ni renunciando al propio uno se libra de esa unión irremediable con el (mal) llamado "opuesto".

Romina y Laureano no dejan de ser un hombre y una mujer... o una mujer y un hombre, da igual.

Me llama la atención que consideren sincera su relación cuando ambos mienten y ambos saben que el otro también lo hace...
Pero, al menos, sí que han conseguido lo que buscaban, creo: ser queridos sin prejuicios.

¿Creéis que funcionaría su relación igualmente si ambos ejercieran de sus YOs verdaderos?

Dardi, siendo vos una casta y reputada dama, este caballero no osaría ofrecer más de un abrazo, no fuera a ser considerado un abuso por mi parte...
;-)
Gemma ha dicho que…
Buen micro, Leg. Comparto tu dictamen: "Romina y Laureano no dejan de ser un hombre y una mujer... o una mujer y un hombre, da igual."

Un abrazo

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