Willy
Ha vuelto a llegar tarde, y nuevamente ha entrado en casa con esa cara, mezcla de culpabilidad y satisfacción. Para que no siga sucediendo tengo que decirle que lo sé.
Lo sé por muchas razones. Porque un día empezó a cambiar, porque sus hábitos se volvieron diferentes, porque salía más y lo hacía a distintas horas. Porque cuando volvía me esquivaba durante un rato, porque ni siquiera me miraba a los ojos, porque después me regalaba un mimo extra y se pasaba en mis brazos más tiempo del acostumbrado. Porque se volvió más presumido, porque le veía caminar orgulloso, seguro de sí, después de haber pasado horas aseándose y repeinándose. Por sus silencios, sus ausencias descansando a mi lado en el salón, porque muchas veces me esquivaba cuando la urgencia de acariciarle salía de mis manos. Porque salía todas las tardes a la misma hora, y porque cada vez llegaba un poquito más tarde. Porque volvía con otro olor, nuevamente repeinado, porque yo sabía a cada momento cuándo otras manos le habían recorrido. Porque una mujer sabe estas cosas. Porque eso, simplemente, se nota.
Por eso lo sé. Él me engaña. Tiene otra casa y en ella otra mujer como yo. Tenemos que solucionar esto, no se crea que esto puede seguir así, que el hecho de que sea un gato no cambia en absoluto las cosas.
Lo sé por muchas razones. Porque un día empezó a cambiar, porque sus hábitos se volvieron diferentes, porque salía más y lo hacía a distintas horas. Porque cuando volvía me esquivaba durante un rato, porque ni siquiera me miraba a los ojos, porque después me regalaba un mimo extra y se pasaba en mis brazos más tiempo del acostumbrado. Porque se volvió más presumido, porque le veía caminar orgulloso, seguro de sí, después de haber pasado horas aseándose y repeinándose. Por sus silencios, sus ausencias descansando a mi lado en el salón, porque muchas veces me esquivaba cuando la urgencia de acariciarle salía de mis manos. Porque salía todas las tardes a la misma hora, y porque cada vez llegaba un poquito más tarde. Porque volvía con otro olor, nuevamente repeinado, porque yo sabía a cada momento cuándo otras manos le habían recorrido. Porque una mujer sabe estas cosas. Porque eso, simplemente, se nota.
Por eso lo sé. Él me engaña. Tiene otra casa y en ella otra mujer como yo. Tenemos que solucionar esto, no se crea que esto puede seguir así, que el hecho de que sea un gato no cambia en absoluto las cosas.
Comentarios
En este caso pretendía mostrar el absurdo de los celos.
Nunca sé si lo consigo, pero bueno, como dice Garib, lo que uno escribe siempre está sujeto a la interpretación de los que lo leen, y eso puede cambiarlo todo.
¡Ah! y... gracias ;-)
OJALÁ QUE TE VAYA BONITO
Un convenio regulador tiene que aquilatar todos los detalles, no debe dejar nada a la improvisación. Por eso había que determinar la custodia de Aida. Entre personas maduras este asunto tenía un modo claro de resolverse. Descartada la custodia compartida (pues tras el divorcio iban a residir en ciudades distintas), la solución natural consistía en situar a Aida en el jardín, ponerse cada uno en un lugar equidistante y dejarla decidir con quién se iría. No valían trucos para atraerla: ni llamarla, ni mostrarle un obsequio... Que sus sentimientos actuaran con libertad.
Llegado el momento, Aida miró a izquierda y derecha. Sin moverse un centímetro decidió dormir una siesta. Ambos esperaron sin cruzar palabra durante hora y media, lamentando no haber cogido nada para leer.
Aida se incorporó. Bostezó, estiró regiamente sus músculos y empezó a caminar. Sin tomar impulso salvó los dos metros que había entre el suelo y la ventana de don Damián, el viejecito que nunca sale de casa. No era la primera vez que Aida saltaba hasta allí. Desde el alféizar volvió a mirar tristemente a ambos lados, hasta que el anciano la cogió y la abrazó contra sí. El ronroneo era suave pero audible.
Supongo que ya sabrías que me gustaría, esto de los desenlaces sorpresa me va mucho y te sale bien.
Saliendo de tema, que le pongas nombres de personas a los relatos, curiosamente, puede despertar recuerdos que uno tenía cerrados con llave. No lo digo por este.
Lo del título es porque intento hablar de personas, cada una con su historia, que no es más que un trocito de su vida que yo escojo a mi conveniencia. Pero lo importante es lo que ellos me dicen (que es también lo que yo intento transmitir).
No sé si me explico, pero si yo inventase un título para ello, por muy ingenioso que fuese, sería como atribuirme algo que no es mío.
Saiz... muy guapa, sí señor ;-)
Tendré que tenerlo en cuenta para emplearme a fondo cuando quiera llamar la atención sobre algo en especial.
Claro que a todo el mundo le gusta las historias sorpresa, y a mí más porque me gusta el género fantástico y es un ingrediente típico. Pero tu haces muy bien los retratos de la gente a través de situaciones cotidianas puntuales, no necesitas impacto necesariamente si no es que decides que va con la historia.
No, cuando esté muerto tampoco la tendré. Ya, si me gusta lo del título, pero es que con tanto nombre a lo mejor recuerdas a quien no quería recordar. Corramos un tupido velo.
¿Te has fijado que hablas de tus personajes como una medium?
Me gusta como escribes, me gustó tela el del bebe Adrian, quizás porque al ser padre, y al tener una buena memoria y recordar eventos parecidos de mi infancia, soy muy sensible a ese tema.
Pasareme mas a menudo.
Siento haber escogido ESE nombre.
Piénsalo de otra forma: como no pienso repetir, nunca más te lo volverás a encontrar.
;-)
Como una medium... JAJAJA... pues tienes razón.
Es que pretendo que los protagonistas sean ellos, y no yo, ni como la que escribe.
Además, la gente sobre la que escribo es real.
Y otro además: yo escribo sobre la marcha, a veces incluso ni sé sobre qué, simplemente pongo el nombre y empiezo a escribir. Ni yo sé cómo va a seguir ni a terminar muchas veces, me lo va sugiriendo la propia historia... no sé, quizá de ahí me surje la idea de que son los personajes los que me lo dicen.
Yo no les conozco por completo, porque no los "elaboro". Simplemente escribo sobre ellos.
Ahora sí que debo parecer una loca.
Hermano... bienvenido, y gracias. Eres tan claro y directo en tus halagos como en todo lo demás. ;-)