Carlos (I)

Una hora después aún permanecía sentado sobre la cama, en la misma postura, con la misma expresión ensimismada en su rostro. Estaba serio, casi se diría que solemne, grave, respetuoso con el momento y las circunstancias en que se encontraba.
Justo delante de él, sobre la mesita, seguía el bote de pastillas, aún sin abrir, recién sacado de la bolsa de la farmacia, esperando el momento pacientemente. Al final las había conseguido, por fin. Las más eficaces, según le habían dicho, si se quería emprender un viaje de sólo ida.
Lo más curioso era que, después de meses de paciente y metódica planificación, ahora que se encontraba sólo y frente a frente con su arma ejecutora, de pronto y sin saber de dónde ni porqué, habían empezado a surgir las dudas. ¿Realmente quería hacerlo? ¿realmente debía hacerlo? ¿realmente sería capaz de ello?
La tristeza, sin embargo, no se había ido. Sus dudas no partían de una alegría en su vida, de ninguna ilusión, de nada que le hubiera dado algo de luz en este tiempo. No, su alma seguía sumida en la más terrible y opaca oscuridad, una nada tenebrosa que parecía extenderse a su alrededor, quizá sin un principio ni un final como el mismo universo que nos acoge.
Quizá sus dudas partiesen simplemente del miedo. Quizá su misma naturaleza humana le frenaba en este decisivo momento atado por la cobardía de desconocer hacia dónde se encaminaban sus pasos, qué le esperaba más allá del sueño sin despertar que le ofrecía aquel bote de pastillas.
Por eso seguía pensando, con las manos apoyando su profunda reflexión sobre la barbilla y el entrecejo gravemente fruncido. Debía decidir qué era lo que le había paralizado ahora que había llegado el momento. Si era el miedo, abriría el bote y acabaría con su vida, cobarde como él hasta el final. Si era el más leve atisbo de esperanza, lo tiraría a la papelera como el símbolo de un nuevo comienzo, quizá de una nueva vida.
Llevaba allí una hora, y aún no se había atrevido a respirar.

Comentarios

Gemma ha dicho que…
Este post conecta muchísimo con el título de tu blog: "Respiración asistida".

¿Habrá segunda parte? ;-)
Anónimo ha dicho que…
No lo hará.
Rocío Rico ha dicho que…
Todavía no lo sabemos, y es muy peligroso mostrar esa seguridad con alguien que está pensando en quitarse la vida. Podría parecer una provocación.
Hay que tener mucho cuidado. Y nunca estar tan seguros de nada.
garib ha dicho que…
Lo de los comentarios. Tienes que ir al diseño de la plantilla y a la pestaña de "Edición de HTML". Desde allí, busca un sitio en el código que pone

/*-- (Iconos)-- */

y pegas lo siguiente justo antes:

.comment-body {
border: 1px solid #646464;
padding: 12px;
margin: 15px;
}

.comment-footer{
padding-bottom: 10px;
}

.comment-author{
padding-top: 15px;
}

No es que tenga que ser el sitio exacto donde hay que ponerlo, es opcional, pero así tienes una referencia y no lo pones en medio de algún sitio que no toque.

Con esto tendrás un cuadro alrededor del texto del comentario, pero el nombre del blogger y la fecha caen fuera, no me ha salido nada mejor. El espaciado está más trabajado y se puede ajustar con más precisión si quieres. Si el cuadro no te convence, puedes quitar la línea de "border" y mantener el espaciado. A ver que tal.

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