Como duele
Te lo volví a repetir, congelando mi sonrisa en los labios para que no notases que se me habían ido las ganas de sonreir. Daba igual que tus ojos se fijaran en la absurda imagen de la tele que en los míos... siempre resultaban tan huecos como muda era mi voz para tus oídos.
Para cuando conseguiste saber, a la tercera repetición, qué era lo que te estaba diciendo, todo había perdido ya el sentido, y ni tú te reíste ni yo fuí capaz de no llorar.
-Nunca me escuchas. Es como si no te interesara lo que te digo... casi como si yo no estuviera en tu mundo - te dije después de luchar en silencio contra mis lágrimas y al fin conseguir vencerlas una vez más.
No es que esperase una respuesta concreta, quizá en ese momento ya no me atrevía a esperar gran cosa, pero sí es cierto que me pilló totalmente por sorpresa el sonido grave y susurrante que salió entonces por tu boca. Te miré creyendo que soñaba. Pero no... era cierto... te habías dormido.
Comentarios
Está muy bien contada, con términos tan "casuales" y cotidianos, la soledad de esa pobre mujer.
Espero que la música que pones no sea necesaria para los relatos, porque desde el trabajo no puedo oírla (y es en el trabajo donde más repaso los blogs).
Un abrazo
La música no es necesaria, pero esta es una canción muy bonita, te recomiendo que la escuches.
Tus historias merece la pena leerlas. Es cuestión de paciencia y de que vayan sabiendo que estás ahí.
Además, mucha gente pasa sin dejar comentarios. Esto lo supongo, porque nunca he querido tener un contador de esos.
Abrazo
Un abrazo (yo creo que tus historias van a más)
Creí que te había enviado el email con las novedades también a ti... menudo fallo.
Un abrazo ;-)