Juan

Son las ocho de la mañana, salgo del baño a medio vestir y despeinado; voy con prisas a buscar mi corbata, como siempre no recuerdo dónde la he dejado; qué pocas ganas de ir hoy a trabajar... Me tropiezo contigo en el pasillo. Estás recién levantada, y encantadora, como siempre. Miro tus ojillos somnolientos y tu pelo alborotado. Tus mejillas encendidas. Tu boca dulce siempre tan dispuesta a sonreír. Pienso en cogerte por sorpresa, con una mano en cada hombro, echarte hacia atrás con un movimiento de galán de película antigua, y besarte largamente, para que empieces el día llena de mi amor, como debería ser todos los días.
Tú cambias de pronto tu expresión, que se vuelve dura y fría como nunca te la había conocido yo antes, y haces un ademán que indica que te estorbo en tu camino hacia el salón. Irás a recoger mi almohada y mis mantas antes de que se levanten los niños.
Me quedo triste y solo en medio del pasillo, tratando de volver a la realidad. Por un momento había olvidado que me odias, que ahora eres otra persona, que un día, aún no sé cuándo, perdí para siempre a la mujer a quien yo amaba. Había olvidado que ahora fingimos mientras esperamos "los papeles", por esos consejos extraños que suelen dar los abogados. Había olvidado que a ti la espera te está costando un triunfo.
Por un momento había olvidado... y, aunque sólo un instante, había vuelto a ser feliz.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola, aunque llevo una existencia más anónima en la blogosfera sigo leyéndote. Este me ha encantado, como texto, porque el fondo es triste, pero es tan real en la vida de tanta gente... Habrá que suponer que siempre hay la posibilidad de que al final algo funcione y las sonrisas no tengan que tornarse necesariamente frialdad en algún momento.
Freia ha dicho que…
A mi también me ha gustado mucho a pesar de la tristeza. Conozco dos o tres parejas en estas circunstancias. Yo soy menos optimista que nuestro "padre oscuro". Hay un punto de inflexión en algunas relaciones a partir del cual ya nada tiene remedio por mucho que uno se empeñe. Quizá por eso Juan se engaña a veces y por unos pocos segundos.
Rocío Rico ha dicho que…
Hola, Frilanser, la verdad es que te vendes bastante caro últimamente.
Yo estoy con Freia: hay veces que algo se rompe, y luego no hay pegamento que lo vuelva a unir.

Me acordaba ahora de la letra de una canción que dice "me invento mil formas de arreglar las cosas, pero se me olvidó que somos dos"... creo que lo de Juan va un poco más por ahí.

Tiene que ser muy duro cuando el desamor le llega sólo a uno de los dos.
Anónimo ha dicho que…
En realidad estoy de acuerdo con lo que decís, no me refería a arreglar las cosas, sino a que Juan tiene la posibilidad de encontrar algo que funcione de verdad.

Tengo un incremento de actividad en la vida no virtual y un cierto cansancio de blogosfera, tal vez algo de decepción también, y hay un cierto placer en la simple lectura de los tres o cuatro sitios que me gustan, sin tener que comentar.
Rocío Rico ha dicho que…
Ah, eso sí... yo también espero que Juan sea feliz de nuevo. Es más, estoy segura de ello.

Lo del incremento de la actividad no virtual lo conozco... Y yo encantada de que me leas, pero... a mí también me gusta leer ;-)
Gemma ha dicho que…
"Por un momento había olvidado... y, aunque sólo un instante, había vuelto a ser feliz."

...Me ha gustado especialmente el final. Porque te deja un sabor agridulce, como de dulzor amargo. La realidad...

Un abrazo
Gemma ha dicho que…
Leg, ¿recogiste tu blog brillante en casa de Freia? Te lo comento porque quizá no te diste cuenta...
(Yo te lo habría dado de no concedértelo Freia.)

(También Frilanser lo ha recibido en casa de Dardo y de alguien más que ahora no recuerdo...)

¡Despistados!
Rocío Rico ha dicho que…
¿Un premio? ... qué ilusión... estoy últimamente muy poco bloguera, y no, no lo había visto.
Y me entero hoy, en un día tristísimo para mí... No sé si se lo podré agradecer...
Freia ha dicho que…
Hola Leg.
No hay cuidado con lo del premio. Ya sé que el viejo Cronos sigue haciéndote mobbing últimamente y lo que es peor: ese día tan triste que cuentas. Ya ves, yo también he leído tu comentario en mi entrada y ni siquiera he podido contestarte. Por tus palabras, tiene que haberte sucedido algo gordo y bien que lo siento. Espero, si es remediable, que todo se solucione y si no, que puedas ir soportando y haciendo llevadera la tristeza. Un beso muy fuerte.
Rocío Rico ha dicho que…
Se ve luz al final del túnel...

;-)

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