Teresa

Te lo dije como me salió de dentro, del fondo de las entrañas, de donde se supone que está el alma si es que existe. Pensé que con eso bastaba, pero no era así, porque no me entendiste.
Revisé el texto del mensaje, comprobando que efectivamente estaba en el idioma correcto, tuve la precaución de buscar otras palabras y te lo volví a decir. Nuevamente fui claramente incomprendida.
Te lo dije más alto, más bajo, con cara de enfado, con una sonrisa. Pero sucedió de nuevo.
Lo puse por escrito, cité palabras de otro, envié a otra persona con el mensaje. Todo fue inútil.

Sé que tú ves y oyes. Sé que conoces mi idioma, y que posees capacidad de entendimiento. Sé que te comunicas con otros, y que hay quien piensa que eres razonable y comprensivo. También hay quien dice que te entiende.


¿Sabes? creo que vivimos en la torre de Babel.