Esas
Las ganas como algo tangible que se pasea por dentro de uno. Como un ser con vida propia que se gesta en tus vísceras y va subiendo reptando a ciegas hasta agarrarse con furia al corazón. Y lo aprieta, fuerte. Y lo sientes, pero no lo maldices, no quieres que pare.
Las ganas como la sed, como el hambre atroz, como un ataque de ansiedad, como el dolor agudo, como el cansancio, como la extenuación, como el insomnio y la locura.
Las ganas como el vértigo, como caminar a ciegas por la casa de otro, como ese sueño en el que siempre caes al vacío pero nunca llegas a tocar el suelo.
Las ganas como volar, como reír a carcajadas, como ver una lluvia de estrellas tumbado en el césped y sentirse de repente dueño del universo.
Las ganas.
Esas ganas.
Las ganas como la sed, como el hambre atroz, como un ataque de ansiedad, como el dolor agudo, como el cansancio, como la extenuación, como el insomnio y la locura.
Las ganas como el vértigo, como caminar a ciegas por la casa de otro, como ese sueño en el que siempre caes al vacío pero nunca llegas a tocar el suelo.
Las ganas como volar, como reír a carcajadas, como ver una lluvia de estrellas tumbado en el césped y sentirse de repente dueño del universo.
Las ganas.
Esas ganas.
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