B.S.O.: Me gusta como hueles
Hubo una vez una mujer tan hermosa que no se cansaba nunca de mirarse. Tanto fue así, que llegó a creer que el mundo era en realidad únicamente aquello que le devolvía el espejo. Y tan sola como aquel reflejo se quedó, buscando siempre en su mente el porqué de esa soledad que acabaría por destruirla.
El día que decidió abandonar por fin, cansada de buscar, el espejo se quedó vacío, y no quedó ninguna huella suya tras su partida, como si ella en realidad nunca hubiese existido.
El día que decidió abandonar por fin, cansada de buscar, el espejo se quedó vacío, y no quedó ninguna huella suya tras su partida, como si ella en realidad nunca hubiese existido.
Comentarios
Ahhhhhhh qué tiemposssssssssss
Sssssssssíiiiiiiii, qué tiempossssssss