Tiene los ojos grises y un vacío en la mirada. Ahora ya no me reconoce ni su corazón de padre. Quizá por eso me emociona más que ayer me dijera en un susurro: "te quiero".
Un "te quiero" de quien se ha ido quedando en la nada es una boya de luz. Cómo no va a emocionar y estremecer. Une todos los tiempos con un hilo e plata.
Comentarios
Un abrazo Leg
Nan... creo que ha sido más bonito el comentario que el texto de la entrada.
Besos